martes, 1 de febrero de 2011

Ruido de fondo


Durante la Expo de Zaragoza, trajeron a probar varios coches eléctricos y los pasearon por la ciudad. Tuve la ocasión de ver uno de ellos de cerca y comprobé que no hacían ruido en absoluto. Eso está muy bien por la contaminación acústica y todo eso, solo que..., si no los oyes pueden atropellarte. Ultimamente he escuchado que en los nuevos modelos están pensando en introducir ruido a propósito, para que eso no suceda.

Es curioso, a veces que algo sea demasiado perfecto es en sí un problema.

Algo parecido sucedió con los primeros teléfonos móviles digitales. La calidad de sonido era tan buena, que no había el más mínimo ruido de fondo. Esto, diríais, es genial, ¿cuál es el problema? El problema es que los usuarios, acostumbrados al teléfono normal, si el interlocutor dejaba de hablar pensaban que se había cortado la comunicación y colgaban. Así que la solución fue incluir, a propósito, una imperfección, un ligero ruido de fondo, que llamaron "comfort noise". De esta forma en todo momento se tenía una referencia audible de que había comunicación.

Creo que esto es aplicable a muchos aspectos de la vida, que no queremos que las cosas sean demasiado perfectas. Las mujeres votadas como las más bellas presentan alguna asimetría, que no sabemos por qué, pero nos atrae. La barbie perfecta no es habitualmente la mujer más deseada.

Tampoco queremos que nuestra pareja sea perfecta en el día a día, si no, ¿cómo podríamos defendernos cuando nos reproche nuestras imperfecciones? Los pequeños fallos en su carácter, en su lógica, nos parecen sorprendentemente atractivos muchas veces y nos provocan cierta ternura.

Las figuras públicas también ganan cuando demuestran algún punto débil. Se habla de que eso las hace más humanas.

Tal vez de eso se trate. De humanidad. Las personas no estamos diseñadas para ser perfectas, luego no aceptamos fácilmente que algo lo sea, necesitamos que siempre exista ese ruido de fondo, que nos consuele de nuestras imperfecciones.